domingo, 16 de agosto de 2009

LA GATA SIN DUEÑO






La gata sin dueño
observa,
serena,
desde su ventana.
Fijos sus ojos en nada,
mira sin ver lo que mira,
intuye,
presiente, calla.
A veces se asusta
al ver reflejadas
sus negras pupilas
en el alba clara.
Sus pupilas negras,
tan negras,
tan cálidas.
Dueña de la noche
que acaba mañana
cuando la sorprenda,
ya fría su cama,
el pálido sol
de la madrugada,
el mismo
que hiela
el cristal de su alma.
La gata sin dueño
no tiene mañana
tiene hoy,
tiene ahora,
su ayer, lo regala.
Le sobran promesas
y caricias falsas.
La gata te observa
desde su ventana.
Si la quieres tuya,
no subas,
no vayas
jamás a buscarla.




Gracias a mi chico pálido, creo que por aquí siempre planeará su sombra.
Y gracias a Febe por haberle dado nombre en su bog sinsaldo.blogspot.com.



Carta a mi chico pálido

Puede que estés triste, me transmites sentimientos de marea baja
y velas apagadas.
Nada está bien y nada puedo hacer para mejorarlo ni empeorarlo, y
esta nada es una nada fea, de cristales blindados y corazones
ensangrentados.
No quiero que estés triste, lejano o sin fuerzas para caminar; no me
gusta porque entonces todo se vuelve deseo de silencio compartido,
de brazos enredados, de besos borradores.
Y eso está prohibido. Porque tu eres mi chico pálido, que me mira
inalcanzable, con los ojos melancólicos y el alma sellada. Tan lejos
siempre, tan callado...
























3 comentarios:

  1. Una gata como esa es dueña de mis sueños.

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  2. Y seguro que tú eres el dueño de los suyos.

    Gracias anónimo.

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  3. Los gatos nunca tienen dueños... ellos son los dueños, ellos nos hacen el favor de mirarnos sin mirarnos, con la mirada atrapada en sus propios sueños.

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